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PURA SANGRE

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Conocer mis emociones es el primer paso para aprender a gestionarlas. Sentir y reconocer la emoción, ponerle nombre o identificarla, saber qué la causa, aceptarla y procesarla, para finalmente, soltarla. Controlar mis emociones, no que ellas me controlen a mi. Por ejemplo, en una discusión, aunque sienta que me estoy enojando, controlar mis impulsos y evitar la irritabilidad.  Ese autocontrol, mejora mi vida. Estoy llevando yo el coche, controlo los pedales, no voy sin frenos. Me da seguridad, porque tengo el mando, domino yo, no mis emociones. Gestionando mis emociones, será más difícil dañarme y alterarme. Carácter para mí es eso. Carácter no es tener EGO y soberbia. Carácter es saber mantenerse firme y estable ante una situación de conflicto. Ser asertivo, no atacar al otro. Y si no tengo nada asertivo que decir, callar. "Me he arrepentido muchas veces de haber hablado, pero ninguna de haber callado". Jenócrates. Conociendo mis emociones, me conozco a mi mismo

GENTE POSITIVA

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Gracias a toda la gente positiva. La que no se queja, a pesar de que las cosas no vayan bien y saca la sonrisa. Las personas que son felices haciendo reír al resto. Las que se esfuerzan en conseguir una sonrisa de los demás. Que me hacen reir con ellos y también de mi misma. Las que me vacilan, las que me cuentan sus anécdotas, las que no tienen vergüenza, naturales, auténticas. La gente que vive para animar al resto. "Coachs" de nacimiento, con el don de motivar, de inspirar, líderes natos. Personas que me impulsan, que nunca se rinden y me sirven de ejemplo. Que critican poco o nada a los demás. Que los aceptan. Que hablan primero de sus defectos, entre risas y te enseñan a ser humilde, a no aparentar. Que no juzgan. Que te suben la autoestima y se sienten mejor. No gente que se siente mejor haciéndote de menos.  Que me dicen primero mis virtudes, antes de enfatizar mis fallos. Los que predican con el ejemplo, antes que con las palabras.  Gente positiva que ilum

FUERTE

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Nadie nace fuerte, nos hacemos fuertes. A veces, no tenemos más remedio que aprender a ser fuertes, la vida nos obliga. No obstante, la fuerza también se puede entrenar. Desarrollar fuerza mental, compromiso, fuerza de voluntad. El deporte ayuda a desarrollar las tres. Fuerza mental para esforzarme cada día más, compromiso para conseguir los objetivos y voluntad para cumplir con mi rutina de ejercicios.  Así, nos vamos haciendo fuertes, de cuerpo, mente y espíritu. En el deporte aprendemos a luchar, a competir, a perder, fustrarnos, esforzarnos, levantarnos, hacer equipo, superarnos, motivarnos, querernos...y también a celebrar los triunfos. Esa fortaleza que adquirimos gracias al deporte, sirve para todas las áreas de nuestra vida. Y vamos adquiriendo mayor compromiso con nuestras actividades, con el trabajo, con las relaciones, con nosotros mismos. Esa fuerza de voluntad lo cambia todo. "La diferencia entre lo imposible y lo posible depende de la voluntad de un hombr

VERANO

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Al final, siempre vuelve a ser verano y a salir el Sol. Hay que prepararse en otoño para el frío, pasar el invierno, ilusionarse en primavera y luego disfrutar del calor. Como en la vida, que siempre que llueve escampa. Cuando llega, disfrutar cada segundo del buen tiempo, y olvidar el malo. Como cuando llegan cosas buenas, aprovecharlas, regalos de la vida, por habernos ilusionado en primavera. "Lo mejor de la vida son las ilusiones de la vida".  (Honoré de Balzac). Ahora a disfrutar del verano!! Inolvidables veranos... Karmele🦋

ALAS

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Para que los demás confíen en mi, primero tengo que confiar yo en mí misma. Si titubeo, me muestro indecisa, no creo en mis capacidades, me creo inferior, eso que pienso de mí, se lo estoy trasmitiendo al resto, y consigo que duden de mí. " Nunca bajes la cabeza. Mantenga alta y mira al mundo a los ojos". Helen Keller ¿ Cómo puedo pretender que los demás hagan lo que no hago yo? ¿ Cómo puedo pretender que vean algo diferente a lo que yo proyecto? Por eso es tan importante creer en uno mismo, confiar, tener seguridad. Y para ello hay que perder el miedo a fallar y al fracaso. Que las ganas de lograr algo sean superiores a los miedos. Si fallo, aprendo y a la siguiente, no haré lo mismo. Así que basta de tener miedo a equivocarse. La confianza en uno mismo se gana más de las derrotas superadas que de los éxitos. Se aprende más del fracaso. Cuando me he levantado todas las veces que he caído, y aprendo y salgo fortalecido de esas derrotas, gano confianza, porque conf